La mañana del martes 11 de setiembre de 2001 fue soleada en casi todo Uruguay. El presidente de la República era el Dr. Jorge Batlle y ese día tenía previsto realizar sus acuerdos ministeriales, aparentemente, sin mayores sorpresas.
Cuando eran las 9:46 minutos en Uruguay (una hora menos en Nueva York) el vuelo once de American Airlines se estrellaba contra la Torre norte del World Trade Center en Manhattan, símbolo del poder económico de Estados Unidos.
En la otra Torre, la sur, había dos uruguayos Javier Porley y Claudio Casaviliani, que estaban trabajando en la remodelación de unas oficinas cuando escucharon un estruendo…sin saberlo, todo estaba cambiando.
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“No ameritaba la destitución de los ministros porque nadie ha sido sentenciado, ni procesado; es bien distinto al caso Sendic”, afirmó Pablo Mieres.
“En casi todos los casos, este tipo de crisis terminan con la renuncia (de los ministros). Formalmente, el proceso de destitución es una cosa muy excepcional y tiene el mismo efecto jurídico que la renuncia”, explicó este domingo el ministro de Trabajo y Seguridad Social y líder del PI, Pablo Mieres en diálogo con Informativo Sarandí. “Le hubiera hecho mucho daño a la imagen del país y eso sí hubiera dado la señal de que había una crisis institucional”, añadió sobre la posibilidad de que el mandatario adelantara su vuelta al país.
