Trabajadoras sexuales apuntan a cerrar las whiskerías y generar plan de reorientación laboral

04 junio 2020
karina núñez trabajadoras sexuales

El martes fue el día internacional de la trabajadora sexual y en Al Pan Pan quisimos conocer la realidad de este sector en Uruguay. Para ello conversamos con Karina Núñez, presidenta de la Organización de Trabajadores Sexuales (Otras).

Entre otros objetivos, Karina, que es hija y nieta de trabajadoras sexuales, trabaja para la modificación de la ley que regula su actividad, que en su texto explicita: "la opinión de las trabajadoras sexuales no tendrá carácter vinculante". "La misma ley dice: yo escribí sobre vos, pero si vos querés opinar no te voy a tener en cuenta", recalcó.

Pero a pesar de que ese es su principal cometido, el coronavirus ha puesto una pausa porque debieron dedicarse a buscar la forma de suplir los ingresos que las trabajadoras no están teniendo y que les impide a muchas acceder a un plato de comida. "Con la pandemia estamos en el horno", dijo Karina.

Han recibido apoyo de particulares, de sindicatos y poco del Estado, aseguró. Sobre todo en el interior. "El Mides está pintado", enfatizó la presidenta de Otras.

Consultada sobre cuál sería la primera medida que tomaría para mejorar la situación de las trabajadoras sexuales, dijo que es cerrar las whiskerías. "Hay 7.000 locales en todo el país, habilitados, y 240 pertenecen a un solo tratante de mujeres", dijo.

"No lo ve quien no lo quiere ver. Es más fácil señalarnos a nosotras como las culpables de todo", agregó.

Además, puso como ejemplo algunos casos de trabajadoras sexuales que no tienen dónde vivir. "Llegamos a tener 16 niños adentro de las whiskerías porque las madres no podían pagar el alquiler, y en algunos casos los padres de los niños, que son proxenetas, se los sacan", contó.

Junto al cierre de estos locales, dijo Karina, se debe "generar un plan de reorientación laboral a las trabajadoras sexuales para que sean sus propias patronas y no tengan que depender de nadie. Revertir la norma del mercado".

"Ahora el que se enriquece, por ley, es el dueño de la whiskería, de la casa de masajes", dijo Karina y reclamó que se dé el poder a las trabajadoras para poder decidir y tener respaldo económico para hacerlo.

"Hoy sin respaldo económico no te queda otra que ir a trabajar a los locales, que funcionan en base al mercado de la trata, no al mercado del consumo de trabajo sexual", dijo.

Escuchá la entrevista.

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