El rol del sistema financiero en la crisis no termina de convencer a los empresarios

06 mayo 2020

Uruguay enfrenta, al igual que la región y el resto del mundo, la peor crisis económica de la historia. Nunca la economía había colapsado de tal manera de manera sincronizada y prácticamente sin excepciones.

El impacto de la pandemia y las medidas adoptadas para contenerla han traído daños colaterales que fueron mucho más allá de lo que algunos imaginaban, al punto de cuestionarse si la reacción a nivel mundial fue exagerada.

Y si bien son muchos los que creen que la recuperación puede ser igual de rápida, lo cierto es que esa velocidad dependerá, en primer lugar, de cómo evolucione la pandemia.

“No apagar los motores de la economía” fue un concepto que la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, manejó desde el primer día respecto a las medidas para controlar al coronavirus.

Pero para las muchas empresas que, si no se cerraron han visto sus ventas afectados de manera muy significativa, empieza a acabarse la nafta y la salida del túnel,todavía parece lejana.

Y el combustible que necesitan no es otro que el dinero, por lo que la tan mentada liquidez que los bancos puedan inyectar al mercado puede ser una de las herramientas fundamentales para mantener el tejido productivo, intentando que cierren la menor cantidad de empresas posible y se pierda el menor número de puestos de trabajo.

Por eso, entre otras decisiones, el gobierno dispuso medidas que suponen que los bancos puedan prestar en mejores condiciones.

Sin embargo, hasta ahora la oferta del sistema financiero no parece terminar de convencer a los empresarios, sobre todo aquellos medianos y pequeños, que por su porte no pueden acceder a créditos tan favorables.

¿Es qué los bancos no están siendo suficientemente generosos como muchos necesitan? ¿O acaso hay más empresas de las que se pensaba que están al borde del colapso y el Covid-19 terminará siendo su golpe de gracia?

El informe a cargo de Juan Miguel Carzolio.