Servicio 223 en zonas rojas: policías y repartidores en riesgo

20 junio 2019

La vida jugada a la recaudación de un camión de cerveza.  El arma guardada en la mochila, bien escondida. Sin chaleco antibalas ni identificación, para no ser visto trabajando.

Cobrando en negro y en la mano, o como empleado en algún cargo inventado de “asistente de auxiliar” u otro término similar que, en los papeles, esconda la realidad. Pero todos saben para qué están allí.

Una ficción de la que despertamos, de cuando en cuando, con el titular de una rapiña y la triste noticia de otro policía fuera de servicio asesinado que, casualmente, se encontraba en el lugar y el momento del delito.

Sin embargo, se trata del día a día de cientos de uniformados, y miles de empresarios y transportistas que manejan valores, o tienen un negocio nocturno o frecuentan las llamadas “zonas rojas” de Montevideo y Canelones.

A pesar de estar explícitamente prohibido por ley, contar con la presencia de un policía armado en el vehículo o dentro del comercio se ha vuelto un requerimiento casi esencial para poder trabajar. Práctica que el Ministerio del Interior ha condenado y combatido activamente desde el año 2011, pero sobre la que ahora parece haber adoptado un cambio de política

Si los policías aumentaron tanto en salario ¿Por qué siguen exponiéndose y realizando tareas de seguridad privada?

 

Las respuestas a estas y otras preguntas en este informe de Las Cosas en su Sitio.