Mientras el gobierno pisa el acelerador para tratar de concretar la inversión en la tercera planta de celulosa en el país, la segunda de la empresa finlandesa UPM, son cada vez más las dudas y los cuestionamientos en relación al acuerdo firmado por el Poder Ejecutivo y a los pasos que sigue dando.
Cuestionamientos que van desde lo legal hasta lo económico, pasando por lo ambiental y que surgen desde distintos ámbitos, desde un tono más moderado en la oposición, a las posiciones más extremas como las del Partido Verde Animalista.
También el movimiento Un Solo Uruguay, se ha sumado a las críticas. Lo mismo que la organización ambientalista Movus (Movimiento por un Uruguay sustentable) que junto a otras organizaciones de la sociedad civil han conformado el movimiento “UPM2 NO”.
Foto: Planta de UPM, captura de video .