La "diplomacia barrial" permitió la entrega del presunto asesino del policía

17 enero 2020
Policía

El miércoles de noche y el jueves de mañana, los enfrentamientos a balazos entre delincuentes se sucedieron con especial intensidad en las inmediaciones del barrio 19 de abril, ubicado en la zona de ruta 5 y Batlle Berres.

El motivo central de la balacera era la presencia en una de las viviendas del barrio de Brian, un joven de 17 años que, buena parte del bajo mundo de esa zona de Montevideo, ya sabía que estaba involucrado en las rapiñas a dos policías, una de ellas con resultado fatal.

La casa de Brian fue baleada directamente en las últimas horas.

Fuentes policiales dijeron a Informativo Sarandí que los enfrentamientos tenían dos motivos: uno era que Brian, a pesar de que carece de anotaciones policiales, se estaba haciendo fuerte entre las bandas de delincuentes de la zona y no querían dejarlo crecer más. El segundo, era que su sola presencia estaba quemando en el barrio, que ya había sido protagonista de allanamientos y batidas por parte de la Policía en busca del menor y de un compinche, otro menor también de 17 años.

Ante lo caliente de la situación, el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, Gustavo Leal, y el jefe de esa zona policial, se presentaron en el barrio en el marco de una estrategia policial que se ha dado en llamar "Diplomacia barrial" o "diplomacia callejera".

Esta estrategia consiste en entablar contacto con allegados a delincuentes importantes que son buscados en procura de que se logre una entrega en términos pacíficos para todas las partes.

Cuando Leal y el oficial de Policía llegaron hasta lo de Brian, el adolescente no estaba en su casa, pero comenzaron un contacto que se basó en que no habría negociación ni concesiones ya que la Justicia había dispuesto la detención y el cierre de fronteras para el menor. El único objetivo era la entrega pacífica.

Ambos representantes del Ministerio del Interior regresaron a la sede de la secretaria de Estado y sobre el mediodía, familiares y amigos de Brian llegaron hasta allí y se empezaron a sentar las bases de su entrega.

Se acordó que la entrega de Brian se haría en una esquina determinada del barrio que no se podía dar a conocer por razones de seguridad, al punto que Leal y el oficial de Policía llegaron al lugar y a la hora establecida, en el entorno de las seis de la tarde, en un auto blindado.

Cuando llegó el momento de subir al vehículo junto con su madre, apareció en escena un nuevo personaje que sorprendió a las autoridades ministeriales.

“Él viene conmigo”, dijo Brian y señaló a otro adolescente que estaba a su lado. Cuando Leal se disponía a decirle que no era lo acordado, este joven lo sorprendió: “Yo también estoy involucrado en esto”, le dijo el menor.

Leal y el jefe de zona se vieron sorprendidos ya que sabían que el otro menor que estaban buscando por el ataque a un policía y el asesinato de otro, no era ese que estaba allí, responsabilizándose de los delitos.

Ante la situación lo dejaron subir al auto y ahora este otro joven será interrogado para ver de qué delito se inculpa.

Una vez en el vehículo oficial, Brian dijo que él no era responsable de la muerte del policía. La respuesta que le dieron fue contundente: los investigadores ya no tienen la sospecha sino la convicción de que no solo fue uno de los dos participantes de la sangrienta rapiña, sino que era quien llevaba la voz cantante.

Las fuentes dijeron que Brian y su compinche utilizaron una modalidad de rapiña que se ha ido incrementando y que consiste en detectar una moto que viene circulando y tirarle objetos delante u obstaculizarle el paso para rapiñar a su conductor.

Todo indica que, en el caso del policía asesinado, los menores recién se dieron cuenta de que se trataba de un uniformado cuando ya habían entorpecido el avance de la moto en el que este viajaba.

Las fuentes dijeron que es casi un hecho que la investigación de Brian, un joven personaje de los que cada vez abundan más en el mundo delictivo de la periferia, va a arrojar luz sobre otros hechos de sangre ocurridos en esa zona de Montevideo.

Es probable que nunca se sepa de cuántas rapiñas es responsable este delincuente que venía creciendo bajo el radar de la Policía y con una foja de antecedentes casi limpia, pero los investigadores intentarán al menos confirmar sus sospechas de que esta, la del policía Texeira, no sea la primera vida que se cobra Brian, o como le decían en el barrio, El Brian.

Sobre este tema conversamos en Informativo Sarandí con el jefe de Policía de Montevideo, Ricardo Pérez.

Foto de archivo: Ministerio del Interior