Exactamente dos siglos y medio atrás (1768) los jesuitas de las treinta Misiones de Guaraníes eran conducidos, bajo severas medidas de seguridad, a través de los ríos Uruguay y Paraná, con dirección a Buenos Aires, para ser allí embarcados y llevados a Europa.
Se cumplía así el Real Decreto de expulsión firmado un año atrás.
Era el cierre de un ciclo de 160 años de presencia de la Compañía de Jesús, a través de los cuales centenares de sus integrantes habían fundado, organizado y liderado las denominadas Misiones.
Dejaban atrás una gran obra. El vastísimo territorio rioplatense era irreconocible si se lo comparaba con el que encontraron cuando iniciaron su tarea evangelizadora y educadora.
Habían transformado, sustancialmente, el panorama humano, económico y cultural de estas tierras, dejando profundas huellas que llegan hasta el presente.
Jaime Clara conversó con el investigador Oscar Padrón Favre, autor del libro en el que selecciona fragmentos de la palabra de quienes protagonizaron tal epopeya.
