Pereira: “Hay que pensar en el invierno, porque seguro se viene una crisis forrajera”

02 marzo 2018

Las zonas del país más afectadas por el déficit hídrico son el suroeste y norte de Artigas, sobre la ruta 30; el norte y este de Salto; el este de Paysandú y también alguna zona del norte sanducero. “Aquí llovió bastante menos de lo normal, las últimas lluvias buenas fueron en octubre, luego se registraron muy pocas, del orden de 15 a 20 milímetros por mes, o incluso menos”, dijo a Agronegocios Sarandí Marcelo Pereira, coordinador de la regional litoral-norte del Instituto Plan Agropecuario (IPA) y presidente de la Mesa de Ganadería de Campo Natural.

Explicó que en este caso, a diferencia de otros, el déficit hídrico ha generado gran heterogeneidad, porque el agua fue por mangas. Hubo lugares en Artigas, Salto y Paysandú donde llovió 100 milímetros y a tres kilómetros no llovió nada.

El experto señaló que es importante hacer una diferencia entre déficit hídrico y crisis forrajera. “Hay veces que el déficit hídrico termina desembocando en una crisis forrajera y hay otras que no. Depende de cuánto pasto haya, y los manejos que se hagan, como por ejemplo el discernimiento de forraje o la carga”, explicó.

Pereira consideró que esta seca es aguda en cuanto al déficit hídrico, pero no ha sido tan extensa y grave como la de 2008/2009. Señaló los datos de encuestas del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), del IPA y del Secretariado Uruguayo de la Lana, donde se ve que los resultados prácticamente se dividen en dos mitades: los que tienen pasto y los que no; y eso obedece básicamente al manejo, a la carga de animales en el campo, expresó.

Analizó que en términos generales los animales mantienen buena condición corporal, y es clave ajustar la carga y tomar medidas de manejo que apunten a disminuir los requerimientos, como los destetes, y ajustar la carga y capitalizar el crecimiento del pasto si llueve en otoño, para priorizar categorías en invierno.

Recordó que el IPA venía advirtiendo que los campos de Uruguay estaban cargados, hubo establecimientos que terminaron en crisis forrajera y otros que no. Y en el este de Paysandú es más grave el problema de la falta de agua que el tema del pasto, señaló.

“En octubre decíamos que el país estaba con una carga de 0,80 (unidades ganaderas por hectárea), eso significa que tenía más carga de la que debería. En 10 años se fueron 2 millones de hectáreas de los mejores campos naturales, o sea que tenemos menos superficie, menos productividad y la carga es alta”, dijo.

Si bien las tasas de crecimiento hasta la primavera fueron altas, no había disponibilidad de pasto, porque el exceso que normalmente tiene que haber se lo comió la cantidad de animales de más que había en los campos.

“Estamos monitoreando 17 predios del basalto y la altura del pasto al principio del verano era menor que a la salida del invierno. En diciembre las tasas de crecimiento estuvieron 19% por debajo del promedio de los últimos 17 años, y en enero 20%. Una de las principales medidas que están tomando los productores es ajustar carga. Necesariamente la gente tiene que estar pensando en el invierno, porque es una crisis forrajera que se viene seguro. En invierno el pasto no crece y el desempeño de los animales en esa estación depende exclusivamente de la altura del pasto”, comentó Pereira.

El experto del IPA señaló que aún con cargas ajustadas, se entrará con menos pasto al otoño que en cualquier otro año. Es importante ajustar la carga en este momento, cuando aún los precios son buenos, y si llueve en otoño poder capitalizar la última posibilidad de crecimiento para entrar con pasto al invierno.

Decisiones de manejo y costos

Hay productores que están suplementando sus ganados, y cabe esperar que tengan un período de 200 días, lo que significa un costo muy alto. Es por eso que el IPA le está dando importancia a todas las medidas de manejo de bajo costo, que puedan impactar lo menos posible en las empresas.

“Los déficit hídricos que terminan en crisis forrajera impactan mucho en las empresas y a algunas las dejan fuera de juego, por eso hay que tratar de salir lo más ilesos posible de estas situaciones, tratando de gastar lo mínimo. Las primeras medidas tienen que ser de bajo costo, después por supuesto vendrá la suplementación, los verdeos, pero todo eso cuesta mucha plata”, advirtió Pereira.

Remarcó que es importante ponerse a pensar y tomar medidas; hay quienes están ajustando cargas desde diciembre, quienes adelantan las ventas de terneros y otros que hacen ecografías y venden las vacas falladas.

Jornadas del IPA

El IPA está realizando diferentes actividades en casi todo el país para abordar estos temas con los productores. Allí se presentan dos herramientas para la toma de decisiones en estas circunstancias. Una es el cálculo de carga animal, que se realiza desde el celular, poniendo la cantidad de vacunos y lanares que tiene el productor y la superficie, obteniendo como resultado la carga. Luego, con una hoja de referencia se determina si el predio está o no pasado de carga.

El otro es un modelo de explotación ganadera extensiva, que permite simular con la cantidad de vacunos y lanares, la altura de pasto y si el trimestre viene muy bueno, normal o muy malo con las lluvias. El resultado es el desempeño animal estimado, si ganará o perderá peso. La herramienta permite tomar decisiones antes del otoño y del invierno.

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