Cáncer: ¿Se ganó la batalla?
21 octubre 2025Una mirada a lo logrado en los últimos 50 años y cómo evolucionó Uruguay en la escena global

En 1971 se popularizó una frase del expresidente estadounidense Richard Nixon. Fue el anuncio de una guerra, pero no contra un país, sino contra el cáncer.
Era una época en EEUU en la que la gente tenía esperanzas de lograr cualquier cosa que se propusieran.
Algunos médicos optimistas hablaron de una cura para el cáncer dentro de “unos pocos años”.
Se dice que lo que buscaba Nixon, en realidad, era lograr una mayor financiación para la investigación en torno al cáncer.
Como fuera, en un artículo que salió hace unos meses en la revista The Economist surge la pregunta de si esa guerra se ganó o se perdió.
Y dice: “Estaban equivocados. Hoy en día, todos los adultos han tenido cáncer, conocen a alguien que lo ha tenido o ambos. La mitad de los hombres y un tercio de las mujeres en los países ricos pueden esperar padecerla en algún momento de sus vidas”.
En Estados Unidos mata a alrededor de 600.000 personas al año.
En el mundo, el cáncer es responsable de aproximadamente una de cada seis de todas las muertes.
Entonces, si el criterio de éxito fuera encontrar una cura dentro de una década, o incluso dos o tres, se podría concluir que la guerra contra el cáncer se perdió.
Sin embargo, no estamos igual. Lo que algunos científicos esperaban que fuera una guerra relámpago podría calificarse como una guerra de desgaste, constante pero exitosa.
Según este artículo de The Economist, algunas victorias han sido espectaculares. La leucemia infantil, por ejemplo, era prácticamente una sentencia de muerte; ahora tiene una tasa de supervivencia a 5 años superior al 90%.
Se podría decir que, en buena medida, el progreso no proviene de grandes avances, sino de miles de avances pequeños.
Hubo mejoras importantes en el conocimiento, en los medicamentos, las cirugías, la sobrevida… pero cuando se diagnostica en etapas avanzadas y no es posible la cura, se apela a mejorar la calidad de vida con cuidados paliativos.
Sigue siendo una enfermedad compleja, una de las principales causas de muerte, y en muchos casos una enfermedad crónica.
En definitiva, ¿seguimos peleando contra el cáncer?
¿Y en qué punto de esa suerte de guerra estamos hoy?
¿Se podría decir que vamos ganando?
¿Y en Uruguay?
En este informe vamos a darles voz a tres expertos uruguayos, verdaderos referentes en el tema, con quienes vamos a intentar poner la llamada “guerra contra el cáncer”, en su sitio.
Y lo primero que vamos a hacer es poner en tela de juicio el término “guerra”.
¿Por qué? Lo explica la oncóloga Marisa Fazzino, hasta hace poco directora del programa nacional del control del cáncer del Ministerio de Salud Pública, hoy directora de Oncología del Hospital Policial y oncóloga del Cudim, entre otras cosas.
Fazzino entonces propone hablar de “control”, en vez de guerra, y otros especialistas coinciden con ella.
De hecho, un dato interesante que refleja este cambio de enfoque en Uruguay es que en 1989 se crea la “Comisión Honoraria de LUCHA contra el Cáncer”, y en 2005 se crea el “Programa Nacional de CONTROL del Cáncer” del MSP.
Entonces ya no hablemos de guerra, pero ¿podemos hablar de cura?
Se podría decir que hace 50 años o más que se busca “la cura para el cáncer”. Pero hoy, ¿qué se puede afirmar sobre esto? ¿Existe? ¿Aún falta descubrirla?
Vamos a escuchar a Mauricio Cuello, profesor agregado de Oncología y actualmente presidente del Instituto Nacional del Cáncer (INCA).
La oncóloga de gran trayectoria Lucía Delgado, quien fuera grado 5 y actualmente es la presidenta de la Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer, descartó que exista hoy tal concepto como “cura universal”.
Ahí Delgado mencionaba cuáles tipos de cáncer sí son “curables” y cuáles son curables solo en caso de llegar a tiempo.
Fazzino, por su parte, agrega que cada cáncer es único, que tiene según ella “cédula de identidad”, y hace hincapié en el avance que se hizo en el diagnóstico de algunos tipos.
Un dato crucial: alrededor de un tercio de los cánceres se pueden evitar con una vida saludable: actividad física, comer sano, evitar el tabaquismo y el consumo de alcohol.
Últimamente también se menciona en esa lista de factores el control de determinados elementos del ambiente, como un elemento a tener en cuenta.
Y luego está la detección temprana, con el acceso oportuno. Esto es fundamental porque, de los dos tercios de cánceres que no se evitan, la mitad se pueden detectar y ser potencialmente curables.
En ese sentido, el director del instituto público del cáncer mencionaba el impacto que tiene, aún hoy, el nivel económico en una persona con cáncer.
Uno de los cánceres 100% prevenibles es el de cuello de útero. El test de HPV o el Papanicolau permiten actuar cuando aparece la infección, antes de que se desarrolle cáncer, y curarlo por completo.
A todo lo que venimos escuchando, Lucía Delgado agrega algunos elementos más que hacen al estado de situación que tenemos en el mundo en general y en Uruguay en particular frente al cáncer, y es bastante optimista:
Hasta hace unos años, la revista The Economist hacía unos eventos anuales que llamaba “War on cancer” (la guerra contra el cáncer), en los que sistematizaba números y políticas públicas de todo el mundo. Yo tuve la oportunidad de estar en uno en 2019, hace exactamente seis años, en Ciudad de México.
Esos encuentros se siguen haciendo, pero ya no se llaman así (por lo que hablábamos de no instalar la idea de una guerra).
En 2019, el evento se propuso un enfoque bien político y giró en torno a lo que se hace desde los gobiernos para el abordaje de este mal común.
Y Alicia Ferreira, que hoy es presidenta del Fondo Nacional de Recursos y en su momento era la directora general, se permitió hacer gala del funcionamiento del FNR pero también fue autocrítica: admitió que había tiempos excesivos y listas de espera para algunas intervenciones; habló, a su vez, del “problema del acceso” a los “medicamentos de alto precio” y de la “alta judicialización” que no es tan común en la región, pero sí en países como Brasil, Colombia o Ecuador.
Sin embargo, la reacción que provocó la exposición de Ferreira fue de admiración unánime. Uruguay despierta en esta materia puro elogio. Los periodistas decían: “Uruguay es creíble”, “Uruguay tiene un sistema maravilloso de acceso y oportunidad a la droga”, “¿en serio en Uruguay les exigen el PAP para trabajar?”, “¿cómo que la vacuna contra el HPV es gratuita?”.
Entonces, nuestro país parecía una joya en medio de América Latina en cuanto a políticas, pero aun así aparecía tercero de 12 en un ranking sobre qué tan preparados están los países para abordar el cáncer, superado por Brasil y Colombia, y empatado con Chile, lo cual era un poco decepcionante en aquel momento.
La realidad es, como siempre, una de cal y una de arena. Y para hablar ya más en clave de cifras tenemos que volver a escuchar a Delgado, que esta vez no es tan optimista.
En suma: las muertes por cáncer en el mundo, en promedio, aumentarán al doble hacia 2050.
En Uruguay, el cáncer es la segunda causa de muerte general, después de las enfermedades cardiovasculares, pero es la primera en personas menores de 70 años.
Y en nuestro país, donde hay 13.000 casos nuevos y 8.000 muertes cada año, las tasas de incidencia se mantienen pero la mortalidad ha bajado, aunque no tanto como en los países ricos.
Si se mira por género, en Uruguay las tasas de mortalidad en los hombres vienen descendiendo de forma sostenida desde 1990. En las mujeres, en cambio bajaron significativamente hasta 2012, y desde entonces se mantienen estables.
El tabaco es el principal factor de riesgo: es responsable de un cuarto de los casos de cáncer y de un tercio de las muertes.
Sobre la detección temprana, los expertos hablan de mejorar la cobertura del llamado tamizaje. Esto es poder diagnosticar antes de los síntomas.
El tamizaje es clave en cáncer de cuello de útero, cáncer de mama o cáncer de colorrecto.
Delgado nos decía que en Uruguay es necesario aumentar la cantidad de test de tamizaje, pero también la efectividad para que diagnóstico y tratamiento lleguen en tiempo y forma.
Ahora bien, como a los oncólogos no les gusta la metáfora de la guerra, les pedimos que lo grafiquen en términos de partido de fútbol. ¿Cómo va el tanteador?
Para Mauricio Cuello, vamos ganando. Si lo comparamos con cinco décadas atrás, se gana pero el resultado podría ser más abultado. Dice: “llegamos muchas veces pero no hacemos el gol”.
Y en ese sentido hay pendientes en el tabaquismo y en el control del HPV, especialmente, según él.
Y también insiste en que se le pueden hacer varios goles más al cáncer mejorando el sedentarismo y la alimentación.
Pero hablemos ahora de medicamentos y tratamientos.
Para eso vamos a escuchar primero a Marisa Fazzino, que nos explica especialmente el impacto que ha tenido la inmunoterapia.
También se han mejorado las técnicas de radioterapia, hay avances con la cirugía laparoscópica para algunos tumores, robótica, telemedicina.
La incorporación de la IA es también un tema prometedor. Fazzino nos decía que el análisis de imágenes con IA es algo que llegó y va a seguir mejorando.
Para Cuello, los avances han sido “formidables” y coincide en buena medida con lo que nos decía Fazzino, pero además agrega que la IA traerá una mejora en el desarrollo de fármacos.
En esta última parte vamos a repasar logros o fortalezas de Uruguay, y desafíos o debilidades que seguimos arrastrando.
Cuello aprovechó la metáfora del fútbol para responder a esto último. Básicamente, sostiene que hay mucho espacio para mejorar.
Ante esta pregunta, Lucía Delgado hace todo un repaso de lo que hay y lo que falta en Uruguay.
Lo que hay y es destacable: un registro único de datos de alta calidad, un programa nacional de control de cáncer, objetivos sanitarios basados en evidencia, una comisión honoraria que lleva el registro nacional y que hace acciones para la promoción de salud, detección temprana y mejora del control.
Desde 2007 hay un sistema nacional de salud integrado con cobertura universal que a partir de 2014 exonera de copago la quimioterapia y radioterapia convencional.
Hay un Fondo Nacional de Recursos que asegura en forma sostenible al acceso sin copagos a estudios de alta complejidad o alto precio.
Hay una red de centros de radioterapia.
Hay un centro uruguayo de imagenología molecular (el Cudim), clave para la incorporación del estudio PET (tomografía por emisión de positrones).
Hay políticas públicas fuertes en temas tabaco, alimentación, HPV.
Hay políticas que favorecen detección temprana, como el día de licencia para el PAP, por ejemplo.
Hay seguimiento protocolizado para los pacientes con tamizajes positivos.
Hay médicos de excelencia, equipos de salud interdisciplinarios para atención a pacientes con cáncer.
Y hay una política nacional y un marco legal para el acceso a cuidados paliativos.
Sin embargo, queda mucho por hacer y esto lo vamos a escuchar de boca de Delgado.
Antes de terminar vamos a mencionar algunos logros concretos que nos comentaba Fazzino y que seguramente mucha gente no conoce.
En materia de prevención, en 2024 se logró un cambio de paradigma con la incorporación del test del HPV exonerado de pago, en complementación con el del PAP. También somos pioneros en Latinoamérica en vacunación contra el HPV, que se ha ido ampliando.
Se actualizaron las guías para prevenir el cáncer de colon, con el test de sangre oculta en materia fecal que se hace con un método más eficiente.
Cambiaron las guías de detección de cáncer de mama en lo relativo a las fechas de inicio y finalización de la mamografía, y su intervalo. Se incorporó, a su vez, asesoramiento genético y la resonancia magnética gratis para la población con alto riesgo de padecer este tipo de cáncer. Es un estudio que si lo tenés que pagar sale 35 mil pesos aproximadamente.
En relación con el cáncer de pulmón, que a pesar de las políticas públicas sigue aumentando en mujeres, se está haciendo un estudio piloto para población de riesgo entre 50 y 74 años, fumadores o exfumadores por más de 10 años, en el que de acuerdo a un interrogatorio se puede llegar a hacer una tomografía anual por tres años consecutivos para detectar tumores en etapas tempranas.
Se han hecho campañas para la prevención de cáncer de piel entre varios organismos, entre ellos Ministerio de Ambiente, Inumet y la Sociedad de Dermatología, para poder detectar melanoma en etapas tempranas, que es cuando se puede curar.
En diagnóstico, se ha mejorado la calidad de las mamografías, especialmente a nivel privado. Se ha logrado tener un panel básico para el diagnóstico molecular. Se han creado comités de tumores en varias instituciones.
Existe la posibilidad de hacerse un PET, cubierto por el FNR cuando está indicado.
Se ha evolucionado, aunque aún falta, en tecnología en radioterapia.
En medicamentos, en los últimos 5 años se incorporaron muchos de alto precio, con lo cual han disminuido los recursos de amparo, aunque todavía hay porque siguen apareciendo medicamentos nuevos.
Hay terapias dirigidas con medicación oral para pacientes que no tolerarían quimioterapias.
Y podríamos seguir.
Pero con este informe buscábamos hacer una puesta a punto de un tema muy amplio, repasando lo que está bien, lo que está mal, y lo que está mejorando.
De alguna forma, quisimos poner a esta compleja enfermedad que tantos uruguayos están sufriendo, en su sitio.
Escuchá el informe completo de Paula Barquet en Las Cosas en su Sitio: