Carmen Rodríguez: ¿Creció la aporofobia en Uruguay? ¿Cuánto incide la pobreza estructural en el psiquismo de la infancia?

08 agosto 2024

La psicóloga y doctora en Educación visitó Al Pan Pan

Para generar cambios, la psicóloga apuntó en primer lugar a la necesidad de que quienes “trabajan en territorio todos los días y quienes toman decisiones fundamentales tengan una conversación fructífera e inteligente, cosa que no siempre acontece”.

Por otra parte, advirtió la tendencia a la “familiarización de los problemas de la infancia”, es decir, la noción de que “los peores males que les ocurren a los niños pobres nacen, crecen y son producto de las familias horribles” que tienen. Para Rodríguez, la situación de la niñez es resultado del “cruce de una novela familiar con una trayectoria social”.

Por último, la especialista dedicó una reflexión sobre lo que sucede en las instituciones del Estado encargadas del cuidado de niños y niñas, como las escuelas, los CAIF y los centros del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, cuando deben atender a niños y niñas que han vivido “lo insoportable para un niño”, asunto al que dedicó su tesis doctoral.

La psicóloga indicó que muchos de los niños que pasan por estas instituciones viven en la pobreza estructural y han experimentado “el encuentro con lo insoportable para un niño: privaciones extremas, abusos sexual e incesto, violencia de todo tipo”. Estos niños y niñas, según Rodríguez, suelen tener un comportamiento destructivo.

La maestra o educadora que pretende cuidarlos “recibe del niño no una gratitud, sino un ataque”, y frente a esto “decimos que los niños se volvieron insoportables”. Lo que ocurre con estas infancias, en las que “el daño ha calado muy hondo”, es que terminan teniendo una trayectoria de derivación por todos los servicios del Estado. “No hay ni un solo lugar que levante la mano para decir: ‘traémelo a mí, porque yo sí estoy formado, porque yo sí puedo’, incluso una clínica psiquiátrica”, ilustró.

En ese sentido, indicó que el error está en la derivación a otras instituciones. “Si podemos tener esperanza de que algo pase en la forma de existencia de ese niño o de esa niña, estamos haciendo todo lo contrario, porque tenemos que empezar con un ambiente que se vuelva estable”, consideró.

“¿En qué condiciones podemos construir institucionalidades agiornadas al problema que tenemos para ir a contramano de la reproducción de la derivación y el tratamiento vengativo de esta infancia? ¿Cuánto hace que no se diseñan perfiles de política pública en este país?”, cuestionó.

“Son niños que no responden a los punitivismos, no los vamos a arreglar con castigo. Sigamos castigándolos, pero ellos van a seguir rompiendo el mundo. Los niños siempre en la familia, en las instituciones y en la sociedad, con sus síntomas, nos recuerdan que no los estamos tratando bien, que el mundo no está bien”, concluyó.

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