La historia de Andrés Peirano: el entrenador de perros que volvió al Congo para salvar vidas

30 noviembre 2021

Abandonó su carrera militar, volvió al país africano como civil, le pusieron precio a su cabeza y vivió una travesía para recuperar a su perro, Tig.

Entrenar perros no era su misión, así que lo hacía a escondidas. Sus funciones militares no lo satisfacían. Su padre fue militar y Andrés Peirano siguió sus pasos. Pero el Congo le demostró esa carrera no era para él.

"En algún momento me tuve que plantear cual era mi rol en el Congo. El militar uruguayo está más preparado para la paz que para la guerra. Asimilé que era parte de una maquinaria que mataba personas ", comenzó relatando en Viva La Tarde.

"Una perra murió dando a luz y yo fui a buscar a uno de los cachorros. Le puse Tig de nombre. Yo sentía que como militar no estaba ayudando a la gente y mi forma de ayudar fue con perros, que es lo que yo se hacer. Entrenarlos", dijo.

Peirano terminó renunciando a la fuerza aérea. No fue fácil. Esta decisión le costó la relación con su padre. Pero lo hizo con la convicción de que el camino debía ser otro. Su experiencia lo dejó con estrés post traumático, pero eso tampoco lo detuvo. Un mes después retornó al Congo como civil. "Tenía contacto con un corresponsal de guerra español y los vínculos que había desarrollado con gente de la ONU".

"La primera experiencia que hicimos con Tig fue acompañando a mujeres que se iban a trabajar. Y el perro detectó mambas negras. Al día siguiente advirtió una emboscada que seguramente las iba a secuestrar", contó. La eficacia del sistema que fue desarrollando con su perro poco a poco empezó a convencer a los locales.

El entrenador canino también tuvo experiencia acompañando niños, porque los niños eran reclutados como soldados. Pero el trabajo de Andrés no tenía la "aprobación" de los grupos armados de la zona. "Esto le complicaba el negocio a mucha gente", señaló. "Cuando nos identificaron me tuve que ir rápido del país. Pagaban 15 dólares por mi cabeza y la del perro", agregó.

"No tuve tiempo de terminar los papeles de Tig. Tuve que dejarlo con gente conocida", sostuvo. Pero Andrés no iba a dejar a su perro atrás. Hizo de todo para poder recuperarlo. "Hice un libro contado la historia de Tig para recaudar fondos y poder traerlo. Después de mucho trabajo lo pudieron sacar por Rwanda, y luego lo hicieron llegar a Frankfurt".

"Finalmente lo pude traer desde Madrid. No podía creerlo cuando me reencontré con Tig. Ocho meses duró el proceso de rescate. Actualmente vive conmigo acá en Montevideo".

Escuchá la entrevista completa.