Estudio de la Facultad de la Cultura de la Universidad CLAEH derriba mitos sobre el público que asiste al ballet

08 junio 2021

La llegada del reconocido bailarín Julio Bocca a la dirección artística del Ballet Nacional del Sodre, en 2010, llevó a un cambio en el modelo de gestión de la compañía y a una nueva configuración del público.

Una expresión relegada durante varias décadas a un espacio ocupado mayoritariamente por una élite de conocedores, pasó a ser una práctica cultural de preferencia entre las clases medias.

Las cifras de asistencia al BNS son elocuentes en cuanto al crecimiento de espectadores. En total, se pasó de 63.365 espectadores en 2010 a más de 121.417 en 2017.

Para estudiar la dimensión de los cambios y para conocer cuál es el público actual del Ballet, la Facultad de la Cultura de la Universidad CLAEH, en convenio con el Ballet Nacional del Sodre, realizó el «Estudio de públicos del BNS» con resultados sorprendentes que derriban varios mitos sobre los espectadores que asisten al Ballet.

Los principales resultados se presentan en el libro editado por el CLAEH llamado “La nueva cultura del ballet en Uruguay. El BNS y sus públicos”, con la autoría de Danilo Urbanavicius, Germán Silveira y Diego Gómez.

El libro es el resultado de un trabajo de investigación de corte cuantitativo y cualitativo, realizado entre 2017 y 2018 en el Auditorio Nacional de Sodre, que indaga en las características del público del BNS.

Los capítulos que integran el libro repasan la historia del ballet en Uruguay y las transformaciones contemporáneas que lo posicionaron como una práctica de preferencia para el público de la cultura.

En la presentación que hace Julio Bocca en el libro dice que “escuchar y darle voz al público es algo indispensable”, pero que es algo poco común en el ámbito artístico. “Este tipo de estudio nos permitirá con el paso del tiempo entender mejor como aquella compañía que soñamos se hizo carne, conciencia, habito y conducta y, ahora, a través del estudio y la visión de los investigadores, se hizo voz”, indica Bocca.

Igor Yebra, en el BNS desde 2018 a 2020, señaló que gracias a este trabajo conoció mejor al público y tomó decisiones: “he conocido mejor quienes son, de donde proceden, sus gustos, lo que hizo que mi equipo y yo nos replanteáramos algunas ideas ya establecidas”.

Surge del estudio que el público que asiste al Ballet Nacional del Sodre es predominantemente femenino, de edades adultas y de barrios costeros de la ciudad de nivel socioeconómico medio-alto.

Aun así, se registran públicos emergentes que no responden a este perfil clásico del espectador de ballet: edades más jóvenes y barrios más periféricos. Según el estudio, el 59,5% del público que asiste al BNS es menor de 49 años.

En el libro también se indica que un porcentaje muy alto de espectadores pertenece a una franja de edad que jamás había asistido a un espectáculo de ballet hasta el 2010, ni tenían un vínculo tan cercano: muchos lo conocían solo por la televisión y el cine.

Sobre el libro y el estudio de la Facultad de la Cultura del CLAEH, habló Diego Gomez, uno de sus autores, en Al Pan Pan. Aquí la entrevista:

Foto: Juan Manuel López