César di Candia retoma a través de Don Coto una de las cualidades que caracterizan a su literatura: el humor.
Un ventrílocuo que vende garrapiñada y su muñeco desnudan un mundo en decadencia. Pero las situaciones disparatadas y el humor negro se entremezclan con la vida de estos protagonistas que luchan por sobrevivir el día a día.
El punto culminante sucederá el día que el presidente de la República visite el pueblo.