Para ser tenido en cuenta por la historia es necesario hacer grandes cosas, aunque no sean necesariamente buenas.
Las atrocidades también se ganan ese lugar, y sobre todo, si tales actos tienen al canibalismo y al vampirismo como parte del currículum.
Es el caso de Sawney Beane, un personaje de finales de la Edad Media que formó un clan familiar en base a relaciones incestuosas, que tuvo en jaque a todo Escocia.
Comandados por este nefasto patriarca, cometieron durante décadas un millar de crímenes para alimentarse de los cuerpos de sus víctimas y beber de su sangre.
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